El tomate es un alimento fácil de mezclar con cualquier plato sencillo o más complejo y completo que nos propongamos cocinar.  Pero, algo más, es perfecto para disfrutarlo de muchas y muy diferentes formas al comerlos, al llevarlos a la boca: troceados, hervidos, en salsa, fritos, crudos o llevándonoslos al paladar como tomatitos cherry de la misma manera en que lo haríamos con unas uvas o con unas cerezas. Los tomates se dejan querer.

Con esa buena reputación, ¿Qué puede aportar comer tomates que los hace tan saludables? Hablemos de los carotenoides que contiene, de sus poderes antioxidantes y de su papel como precursores de una vitamina.

Los tomates presentan en su constitución cuatro carotenoides principales, el alfa, el beta caroteno, la luteína y el licopeno. El licopeno es un antioxidante natural. Una dieta rica en productos a base de tomate puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de páncreas, según un estudio de la Universidad de Montreal.

Los investigadores descubrieron que el licopeno (de los tomates)  se relacionaba con una reducción del 31% en el riesgo de padecer cáncer de páncreas entre los hombres del estudio y en relación con ingestas altas y bajas de este carotenoide.

tomate


Y más. De los otros antioxidantes de los tomates hay que destacar también al betacaroteno, con el que se gestiona la producción de vitamina A en el organismo. Una tendencia descubierta en diferentes estudios, como uno reciente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, confirmó que la dieta occidental tiene pocas proporciones de vitamina C y vitamina A naturales.

El betacaroteno de los tomates cubriría esas necesidades con creces si su presencia en la dieta fuera habitual. Sí, lo ha adivinado, con esas sencillas ensaladas que se dejan querer en cualquier mesa y en cualquier momento del año.